Los trastornos de voz es los niños son muy frecuentes, suelen durar de 3-7 días, a veces semanas, meses o se cronifican.

La mayoría de las veces no se da importancia, ni en casa, ni en el colegio oes el propio pediatra aconsejando que el niño no chille.

No todos los niños se quedan disfónicos porque hablen mal o chillen: existen procesos inflamatorios o lesiones congénitas en las cuerdas vocales, de ahí la importancia de la detección precoz.

Una disfonía puede ser fruto de factores inflamatorios, de una insuficiencia respiratoria, o de un sobre esfuerzo vocal que puede condicionar un reflujo faríngeo – laríngeo, o bien una mala adaptación a las sobrecargas.

Hay en el niño factores importantes que pueden incidir directamente en el desarrollo de una disfonía: factores hereditarios – congénitos, desarrollo afectivo y ambientales. 

Los factores hereditarios y los congénitos tienen un papel muy importante.

Podemos observar en estos niños (entre el 20 – 25% de los niños)          

            Sulcus vocalis

            Quistes intracordales o patologías afines.

Generalmente los pediatras no hacen una derivación directa al ORL y la exploración por parte de profesional es a veces compleja.

El chillar no produce problemas excepto si hay una lesión inflamatoria de base o hay una gran rigidez corporal.

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¿Es frágil la laringe del niño?

            Las cuerdas vocales en los niños son más anchas y cortas que las del adulto con una mucosa más laxa. Hasta los 4 años hay ausencia del ligamento vocal lo que origina que la onda mucosa se mueva en bloque obligando a un mayor flujo aéreo. Esto obliga al niño a una fonación en agudos (320Hz – 500 Hz) aumentando así el chillido.

La caja de resonancia es más estrecha, el vestíbulo laríngeo y la faringe también más estrecha y con menos movilidad, generando una voz más estridente.

El Sistema respiratorio tiene menos capacidad condicionando una respiración alta y superficial

La epidemiologia por edades, según Arias y Estape (2005) al igual que Cornut y Trolliet-Cornut (1998) presenta una frecuencia mayor en niños con edades comprendidas entre 8 y 10 años un 44%, frente a un 27% en edades entre los 0-y 8 años, y un 29% entre 10 y 15 años

Según las edades se puede observar que la disfonía se concentra entre los 5- 15 años, estando el 85 % de los casos entre estas edades. 

Por tanto, entre el 5- 20 % de los niños tienen disfonía crónica en su desarrollo, y suelen ser varones entre 5- 15 años.

Condiciones que pueden favorecer rigidez vocal (Disquinesia laríngea)

            Mal uso vocal

                       Características intrínsecas (personalidad) 

                       Comportamiento

Por el ambiente: dinámica familiar, adaptación escolar, social

Utilización vocal defectuosa: abuso vocal, imitación de modelos, emisión en ambientes ruidosos, trastornos de comunicación.

Conflicto emocional – afectivo

Ansiedad

Hay que destacar las situaciones que condicionan cambios histopatológicos: 

  1. Procesos inflamatorios

Adenoamigdalitis recidivante, rinofaringitis, rinosinusitis, rinotraqueitis, rinitis crónica, traqueobronquitis crónica (asma)

Pueden Producir una hipertrofia de tejido (adenoideo, amigdalar) que ocupan espacio y aumentan los rozamientos del sonido en su salida. También se puede producir una hipertrofia de mucosa (faríngea, nasal, sinusal, traqueal, bronquial) con la hiperproducción de moco que varia las condiciones fisiológicas de lubrificación, así como amortiguamiento de las frecuencias más graves, favoreciendo la emisión de los tonos más agudos. 

2. traumatismo laríngeo

3. reflujo gastro esofágico

4. desequilibrio endocrino

En el niño disfónico sea cual sea su edad y la gravedad del trastorno, todas sus características acústicas están alteradas y modificadas, Le Huche y Allali, (1993); Echeverría, (1994):

El timbre vocal está velado o soplado, forzado, a menudo nasalizado. 

Intensidad escasa

Frecuencia Fundamental agravada de la tonalidad

Extensión vocal reducida

Los trastornos de voz es los niños son muy frecuentes, suelen durar de 3-7 días, a veces semanas, meses o se cronifican.

La mayoría de las veces no se da importancia, ni en casa, ni en el colegio oes el propio pediatra aconsejando que el niño no chille.

No todos los niños se quedan disfónicos porque hablen mal o chillen: existen procesos inflamatorios o lesiones congénitas en las cuerdas vocales, de ahí la importancia de la detección precoz.

Una disfonía puede ser fruto de factores inflamatorios, de una insuficiencia respiratoria, o de un sobre esfuerzo vocal que puede condicionar un reflujo faríngeo – laríngeo, o bien una mala adaptación a las sobrecargas.

Hay en el niño factores importantes que pueden incidir directamente en el desarrollo de una disfonía: factores hereditarios – congénitos, desarrollo afectivo y ambientales. 

Los factores hereditarios y los congénitos tienen un papel muy importante.

Podemos observar en estos niños (entre el 20 – 25% de los niños)          

            Sulcus vocalis

            Quistes intracordales o patologías afines.

Generalmente los pediatras no hacen una derivación directa al ORL y la exploración por parte de profesional es a veces compleja.

El chillar no produce problemas excepto si hay una lesión inflamatoria de base o hay una gran rigidez corporal.

¿Es frágil la laringe del niño?

            Las cuerdas vocales en los niños son más anchas y cortas que las del adulto con una mucosa más laxa. Hasta los 4 años hay ausencia del ligamento vocal lo que origina que la onda mucosa se mueva en bloque obligando a un mayor flujo aéreo. Esto obliga al niño a una fonación en agudos (320Hz – 500 Hz) aumentando así el chillido.

La caja de resonancia es más estrecha, el vestíbulo laríngeo y la faringe también más estrecha y con menos movilidad, generando una voz más estridente.

El Sistema respiratorio tiene menos capacidad condicionando una respiración alta y superficial

La epidemiologia por edades, según Arias y Estape (2005) al igual que Cornut y Trolliet-Cornut (1998) presenta una frecuencia mayor en niños con edades comprendidas entre 8 y 10 años un 44%, frente a un 27% en edades entre los 0-y 8 años, y un 29% entre 10 y 15 años

Según las edades se puede observar que la disfonía se concentra entre los 5- 15 años, estando el 85 % de los casos entre estas edades. 

Por tanto, entre el 5- 20 % de los niños tienen disfonía crónica en su desarrollo, y suelen ser varones entre 5- 15 años.

Condiciones que pueden favorecer rigidez vocal (Disquinesia laríngea)

            Mal uso vocal

                       Características intrínsecas (personalidad) 

                       Comportamiento

Por el ambiente: dinámica familiar, adaptación escolar, social

Utilización vocal defectuosa: abuso vocal, imitación de modelos, emisión en ambientes ruidosos, trastornos de comunicación.

Conflicto emocional – afectivo

Ansiedad

Hay que destacar las situaciones que condicionan cambios histopatológicos: 

  1. Procesos inflamatorios

Adenoamigdalitis recidivante, rinofaringitis, rinosinusitis, rinotraqueitis, rinitis crónica, traqueobronquitis crónica (asma)

Pueden Producir una hipertrofia de tejido (adenoideo, amigdalar) que ocupan espacio y aumentan los rozamientos del sonido en su salida. También se puede producir una hipertrofia de mucosa (faríngea, nasal, sinusal, traqueal, bronquial) con la hiperproducción de moco que varia las condiciones fisiológicas de lubrificación, así como amortiguamiento de las frecuencias más graves, favoreciendo la emisión de los tonos más agudos. 

2. traumatismo laríngeo

3. reflujo gastro esofágico

4. desequilibrio endocrino

En el niño disfónico sea cual sea su edad y la gravedad del trastorno, todas sus características acústicas están alteradas y modificadas, Le Huche y Allali, (1993); Echeverría, (1994):

El timbre vocal está velado o soplado, forzado, a menudo nasalizado. 

Intensidad escasa

Frecuencia Fundamental agravada de la tonalidad

Extensión vocal reducida

Lo importante es hacer un buen diagnóstico y remitir al Otorrinolaringologo para que paute el tratamiento derivando a foniatría o pautando el tratamiento oportuno.